1. Porque cualquier persona, a cualquier edad, necesita del arte, de la belleza, para habitar el mundo.
2. Porque compartir lecturas en familia o con amigos es quererse, nos une; sin menoscabo del placer de leer un álbum ilustrado en soledad.
3. Porque cuando relacionamos texto e imagen, desciframos un código perfecto, aprendemos a pensar, a dar significado, a emocionarnos.
4. Porque un álbum ilustrado cuesta mucho menos que un pastel de cumpleaños, menos que la botella de cava con la que despedimos el año y, sin embargo, sirve para toda la vida.
5. Porque a través de una reconstrucción narrativa las personas llegamos a comprender tanto lo que pasa en el mundo como nuestra propia existencia.
6. Porque al pasar una página para zambullirnos en la siguiente se despierta nuestra imaginación. Y al llegar al final, sentimos el deseo de gritar: «¡Quiero más!»
7. Porque a través de las historias ilustradas nos reconocemos en cuanto personas, protagonistas de historias, y descubrimos que no estamos solos.
8. Porque si un adulto no entiende lo que pasa en las páginas de un álbum, se lo explicará el niño.
9. Porque si has olvidado un álbum ilustrado en el fondo de un cajón, el día que por casualidad vuelve a tus manos, te alegrará como el mejor de los regalos.
10. Porque hay que pararse para contemplar el mundo, para reconocer las pistas y los detalles que esconden las imágenes. Un álbum ilustrado detiene el tiempo, te invita a ser reflexivo.
11. Porque la lectura de álbumes ilustrados enriquece la sensibilidad artística, desarrolla el espíritu crítico, y te hace más libre.
¿Ha quedado claro por qué vamos a empezar nuestras clases por aquí? ¿Se te ocurre alguna otra razón que añadir?