Desde el confinamiento, el alumnado de 4º ESO C ha dejado que su mente vague por los confines de lo poético, dejándose mecer por sus melodías favoritas a volcado sus emociones en palabras...aquí hay parte del resultado...
LA CANCIÓN SE HA
ACABADO
La canción se ha
acabado. Me levanto despacio… Hay ruido, ruido en mi cabeza. Y las voces
gritan, gritan cual alma encerrada que lo único que desea es salir de este
manicomio… No sé a ustedes, pero a mí esa historia me suena.
Mi corazón está
bien, late con fuerza; ni muy lento ni muy rápido. Pero… Y tú, Noe, ¿cómo
estás? Entonces millones de cristales saltan de mis ojos, mi alma se rompe, mi
persona se derrumba. Estallo. ¡No puedo más! Necesito verte, verlos, verlas.
Necesito volver, regresar a mi vida, que tanto me echa de menos. El mundo se ha
parado, mas yo sigo adelante por mí, por mi familia. Porque, a pesar de todo, a
pesar de estar rota, a pesar del momento, todo se arregla.
Fuera, la tierra que
conocíamos ha cambiado. Ha pintado sus calles de color tristeza y ha llenado
sus bares, tiendas y centros con soledad infinita. Cree mi cerebro que de un
castigo se trata. El espíritu del planeta se ha hartado. Ella es quemada, es destrozada,
es maltratada. ¡Ha rogado clemencia y no la hemos escuchado! Así que vino con
todas sus fuerzas a romper con todo. “Por las buenas o por las malas, me
respetarán”, dijo. Sin su presencia expiramos, es madre y vida. Por favor,
cojamos esta oportunidad que nos brinda y cuidémosla… Es la única que tenemos.
Y en este tiempo de encadenamiento, me estoy conociendo. Me miro a los ojos y sé
quién soy. Ahora que tengo algo más de tiempo, pego cada cachito di mi roto ser
hasta reconstruirlo. No tiro mis deberes, los hago mejor. Sé que esto pasará y
que mi vida volverá.
Noelia Rodríguez Mederos
Una noche más
Una noche más al lado de la oscuridad, sentimientos
apagados, aislamiento encendido,
Contando las horas, al final del día, al final de la noche,
Evadiendo problemas, evadiendo ilusiones,
¿Y si esto no acaba?
Una noche más guardando esperanza, consumiendo la luz del
sol poco a poco,
Deseando estrellas, deseando momentos,
Conteniendo el aburrimiento,
Matando semanas
Una noche más luchando con las sombras, extinguiendo
recuerdos, extinguiendo errores
Luz, por favor, no me abandones…
Un día más sin nada con lo que tratar, tiempo muerto, tiempo
perdido
Un día más sin respirar emociones, sin respirar sonrisas.
Una noche más siendo fugitivo del amor
Matías Vázquez Rodríguez.
Ya van par
de días que sueño con un infierno blanco,
paranoia, y
micro-infarto
se
estrechaban las paredes del cuarto,
antes todo
brillaba como diamantes
recuerdo
aquellas tardes jugando al fútbol en el Pepe Goncalvez,
pero ahora
to' es distinto,
hay que
buscar dinero,
de rodillas
implorando al cielo,
con las
manos juntas, rezando por lo que yo más quiero
nadie
escucha las plegarias si a él no me debo
solo mi
rabia, corazón y angustia sin un relevo,
y se me
clavan las miradas a escondidas,
¡oh!, como
el cuchillo llevado en la mano mala de por vida,
no voy a
hablar del pájaro que vuela libre,
cuándo sigo
aquí atao' a esta cadena irrompible,
de qué va a
hablar un preso, si no es de barrotes,
y de tener
que volverse pa' el chabolo al sonar el timbre,
soy la moto
de agua, aparcá en el barrio, el malfario,
el novio de
la muerte como un legionario,
y a pesar de
todo, aquí estamos...
yo sigo de
pie, hasta cuando me caigo
Iriome Quintero García.
En un día como hoy, pasados 13 días, estando encerrada, hago frente a
todo lo que está pasando y me paro a pensar. Me siento angustiada, ¿por qué?
porque no sé que es lo que va a pasar, no sé cuándo va a terminar este
sufrimiento que me come por dentro y se lleva a tantas personas, miles de
personas, cada día, injustamente y eso me provoca inquietud.
Para ser sinceros… no lo llevo tan mal, intento distraerme, hacer
cosas productivas, escucho música, bailo… porque sé que si me paro a pensar en
la situación que nos encontramos me
encojo en mis propios pensamientos, así que sí, se podría decir que
huyo de ellos, huyo de
aquellos pensamientos negativos que lo único que hacen es pintar los
días de negro y hacerlos
más oscuros.
No sé de qué
manera empezó todo esto, solo sé que no veo la luz al final del túnel, siento
que nunca va a parar. Pero soy fuerte, soy optimista, veo el lado bueno de las
cosas y mantengo la mente distraída porque es lo único que me va ayudar a no
decaer, me repito todo el rato…
Alexia Miranda Peña
Estos días pasan por mi alma muchos pensamientos y recuerdos, una vez
más, uno no valora lo que tiene hasta que lo pierde. Estoy en una jaula,
acogedora y bien decorada eso sí, pero al final del túnel ya la luz se nubla,
ya borrosa la veo, ya no la diviso…
En mi interior sé que sí está ahí, lo que los demonios
no me dejan verla, el agobio, el estrés, la incomprensión… Malos hábitos se
apoderan de mi rutina y hacen que la lucha para llegar al final del día sea más
peligrosa. Además, oigo voces, ¿almohada eres tú? Siento que me llama y me
engatusa como si de una sirena se tratase.
En fin, aquí sigo, aquí seguimos, por mucho que nos
cueste, hay que ser responsable y parar esto juntos, no me rendiré, no nos
rendiremos.
David Macías Fleitas
Son muchos días encerrada en cuatro paredes, siempre las mismas,
parecen siempre más estrechas. Pero llega ese momento, ese en el que te asomas
a la ventana, y el sol que brilla más que nunca te roza con un rayo, calentando
el alma , ese en que cierras los ojos y escuchas los pájaros cantar y los montes respirando como nunca lo habían hecho
antes, y como un nuevo despertar te das cuenta de que la vida es mucho más, que son
pequeños detalles en los que nunca te habías fijado antes porque estabas
demasiado ocupado en planificarlo todo, mirando al suelo; y cuando levantas la
mirada ves que frente a ese paisaje, no eres nada.
Creo que nos hicieron por muy absurdo que sea, un favor. Nos damos
cuenta de que las personas, ahora que no podemos abrazarlas, ellas, son lo que
de verdad nos hace falta, cada una de ellas es un suspiro de aire fresco, cada
sonrisa perdida, cada camino sin descubrir, un retorno sin fin. Nos damos
cuenta de que al final, lo que nos queda, son personas, personas llenas de vida, que quizás nunca te paraste a pensar lo importante que eran,
y ahora con el brillo de la luna, lloras por su ausencia. Que la familia es una unión de
sangre, y de corazón; con los rayos aún entrados por tu ventana, te despiertas
con sus voces, y sin darte cuenta piensas en lo afortunado que eres, que un te quiero, que antes tanto te costaba
decir, ahora te parece tan fácil que lo sueltas como melodías al viento.
Ahora mismo soy una mezcla de emociones, cada una diferente y fuerte.
Esta situación nos ha
quitado vida pero nos está haciendo ver lo que realmente importa de
ella.
Silvia Bonazzo Jorge
Por suerte, el aburrimiento aún
no ha llamado a mi puerta, el deporte, los videojuegos y los deberes les están
haciendo frente. Pero, aún así, siento un gran vacío en mí, un vacío que poco a
poco te va dañando sin que te des cuenta, y es que me he percatado de la
importancia de tener a ciertas personas en mi día a día. Echo de menos las
caricias, los abrazos, las miradas de todos ellos, por echar echo de menos
hasta a los profesores.
Ahora me doy cuenta de que es
vivir. Vivir es disfrutar cada segundo con gozo como si fuera el último y con
la gente que amas, que te quieren, que te cuidan. Vivir es compartir
experiencias para luego contárselas a tus hijos y nietos. Vivir es relacionarte
con los demás. Por eso creo que ahora mismo estoy muerto.
Aziel Cabrera García
Creo que respiro, sin embargo me
asfixia esta situación. Me quema por dentro imaginar lo que el tiempo me está
robando, necesito decírtelo todo ahora, ahora que no tengo la oportunidad de
arrepentirme, me da rabia pensar que lo que fue una fiel amiga ahora
simplemente se ha convertido en una flor marchita que huele amarga...
Escucho melodías alegres para
parecer un poco más feliz, sin embargo nadie descifra de verdad lo que hay
encerrado en mis pensamientos, ¿no eran los ojos los espejos del alma?.
Necesito aspirar el aire, la brisa y la soledad, pensarás que soy dramática pero…
¿nunca has necesitado la penumbra de la tarde tranquila para entenderte mejor?,
por supuesto acompañada de una buena canción que encierre alguna de mis ideas,
me aterra fracasar, no ser lo suficientemente buena , pero no pasa nada una sonrisa
siempre esconderá la parte negra que nadie quiere ver.
Verónica del Pino Hernández
Me despierto todos los días con un tema que ha rondado toda la
noche por mi cabeza y mis escasos sueños agridulces. Desde que el sol ilumina
mi sombría habitación descubro la nueva cifra de víctimas que golpea a nuestro
país por este contagioso virus. Noticias, noticias y más noticias…Algo que no
valora mucha gente, nos proporcionan datos frescos casi a cada instante, son
necesarias y aún así dicen ser repetitivas.
Me siento
impotente, pero con el poder de no contagiar a nadie, en mis propias manos, al
igual que lo tiene toda la población. Tenemos mucha más responsabilidad de lo
que somos conscientes y en mi opinión la estamos manejando bastante bien.
Mi madre,
sanitaria, demuestra un valor a diario contra el mundo desconocido, como todos
sus compañeros. Son nuestra esperanza, mi esperanza y esta se esfuma cuando
regresa cada luminosa noche de su nueva jornada, el terror comienza a recorrer
mi cuerpo, por mis venas, por mi sangre. El no saber si ese virus está en sus
pulmones, quedarme con la duda hasta después de quince días, es algo que me
inquieta junto a la distancia que tengo que tener con ella.
Marisol Aguado Campos.
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